El Palacio de la Isla expone como ‘Documento del Mes’ de abril la cuenta  de  los   gastos  ocasionados  con motivo de la inauguración de la Iglesia de San Francisco Javier.

El día 13 de mayo de 1752, una vez acabada la fábrica  de la iglesia que los Jesuitas habían construido en  la actual Plaza de San Jorge,  junto al colegio que la Compañía de Jesús había edificado en ese mismo espacio,   se organizaron una serie de actos religiosos para inaugurar  el templo y a la vez para trasladar al Santísimo hasta su altar.

Los actos costaron la cantidad de 16.896 reales que      se gastaron en pagar a los músicos venidos desde Plasencia, a los miembros del Regimiento del Príncipe, las 279 libras de cera para las velas, el chocolate  que se ofreció a los invitados o lo que se pagó a los danzarines  que representaron la conocida Danza de Talaván. Otros  gastos serían aquellos destinados a pagar los cohetes de  artificio, así como la fiesta taurina que se celebró en la Plaza Mayor.

El acto de inauguración de la nueva Iglesia de San Francisco Javier contó con la presencia de diferentes personalidades venidas de diferentes puntos de Extremadura; el Conde de la Roca, Gobernador de la ciudad de Mérida, Alejandro Laguna, Padre Provincial de los Jesuitas en Extremadura o el Obispo Julio José García, junto a los diferentes caballeros locales que asistieron a las tres procesiones.

El presente documento nos aproxima a los orígenes de  uno de los templos ilustres del conjunto monumental cacereño, la Iglesia de San Francisco Javier, cuyo nombre es cambiado por el de la Preciosa Sangre a partir  de 1899, cuando la iglesia pasa a ser custodiada por los Padres Misioneros de la Preciosa Sangre.