El Documento del Mes del Palacio de la Isla muestra el plano de lo que debía ser denominado ‘Corral de los muertos’, un espacio junto a la desaparecida ermita de los Mártires y donde posteriormente se construiría la plaza de toros, donde iba a construirse un cementerio en 1805.

El ayuntamiento cacereño recibió en 1787 la Real Cédula que ordenaba establecer el uso de cementerios ventilados para sepultar cadáveres, con lo que se puso en marcha un proceso que duró décadas hasta que la ciudad pudo disponer de un auténtico camposanto que reuniese todas las condiciones de higiene y la normativa legal que requería el nuevo espacio.

Con esta medida quedaban atrás siglos en los que los cementerios se ubicaban junto a las propias iglesias, en el centro urbano, generando diversos problemas de carácter higiénico que se acentuaban en épocas de peste o enfermedades contagiosas.

El plano que protagoniza el Documento del Mes fue realizado por el maestro de obras Narciso Gallardo y está fechado en Cáceres el 19 de enero de 1805. Aunque nunca llegó a ejecutarse, fue uno de los dos proyectos para cementerios que se debían crear en la ciudad.

El segundo fue el cementerio del Espíritu Santo que debería esperar hasta pasada la Guerra de la Independencia para poder utilizarse, de manera temporal, hasta que en el año 1844 se inauguró el actual cementerio de la ciudad.

Cabe destacar que el documento contiene el único plano existente de la planta de la propia Ermita de los Mártires y su disposición interior. Como el ‘corral de los muertos’ debía ubicarse en un lugar ventilado y alejado de la población, los médicos titulares de la villa aconsejaron este lugar para albergar los cadáveres.

El recinto se dividía en cuatro partes iguales donde debían realizarse los enterramientos de las cuatro parroquias de la ciudad: Santiago, Santa María, San Juan y San Mateo.

El proyecto nunca se llevó a cabo a consecuencia, principalmente, de la Guerra de la Independencia, que generó un tiempo de incertidumbre que hizo abandonar el proyecto de cementerio para tiempos venideros.