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Un trabajador de una planta de rellenado de gas para el hogar cerca de Kiev comprueba las válvulas de las bombonas
RAFAEL M. MAÑUECO
CORRESPONSAL
MOSCÚ. El restablecimiento del suministro de gas a Europa depende en el momento actual de que Rusia quiera admitir que los observadores enviados por la Comisión Europea se encuentran ya en sus puestos en las estaciones de bombeo, listos para comenzar las verificaciones, y que se firme el protocolo que habrá de regular todos los detalles del funcionamiento de ese grupo de control. Todo indica que la espita del gas volverá a abrirse después de que el primer ministro ruso, Vladímir Putin, reciba en Moscú a su homólogo checo, Mirek Topolanek.
La misión de observación europea llegó ayer a Ucrania, pero ello no ha supuesto la normalización del suministro. A Kiev, la capital ucraniana, llegó también Topolanek, cuyo país preside durante el actual semestre la UE, para acelerar la organización y preparación del trabajo de los observadores. «Quedan algunos detalles técnicos por limar de forma que se aclaren las últimas dudas», afirmó a última hora de ayer Topolanek -presidente de turno del Consejo de Ministros de la UE-. Desde Kiev, Topolanek viajará hoy a Moscú.
Tras el fracaso de las conversaciones del jueves en Bruselas, Ucrania aceptó ayer la presencia de observadores rusos si Rusia acepta la presencia de observadores ucranianos, confirmaron ayer los dirigentes checos y la Comisión Europea. No obstante, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, advirtió al jefe de Gazprom, Alexéi Miller -el amo de llaves de la crisis-, que no deberá dejar que el gas discurra de nuevo mientras Kiev no firme el protocolo sobre la misión de control.
«Lamentablemente, hemos perdido toda la confianza en la parte ucraniana», manifestó Medvédev ante las cámaras de televisión en compañía de Miller. El jefe del Kremlin reiteró que, entre el 1 y el 7 de enero, la compañía ucraniana Naftogaz no dejó de «robar» el gas ruso con destino a la Unión Europea, acusación que Kiev rechaza categóricamente. Especialistas ucranianos han afirmado que, una vez restablecido el flujo normal de gas por parte de Rusia y debido a razones técnicas, el combustible no llegará a sus destinatarios hasta dentro de tres días. Por desacuerdos en los precios del gas, Rusia cortó el abastecimiento el pasado día 1 a Ucrania y el día 7 al resto de los países europeos.

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