El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha reafirmado el compromiso del Ayuntamiento por mejorar la seguridad de las mujeres en el espacio público, y para que las mujeres sepan que pueden llamar a cualquier puerta de lo público o a las personas que trabajan en el ocio nocturno cuando se produce alguna situación de acoso.

Así lo ha indicado en la inauguración de la Jornada de presentación ‘Protocolo de actuación y prevención frente a la violencia sexual en entornos de ocio y espacios públicos: Cáceres segura y libre de machismo’ para profesionales, y fuerzas y cuerpos de seguridad, que se celebra en el Centro Cívico Raimundo Medina.

Salaya ha señalado que “desde el inicio de la legislatura hemos intentado trabajar en colaboración con muchas organizaciones en mejorar la seguridad de las mujeres en el espacio público y en la percepción de seguridad en estos espacios”.

Ha recordado que comenzaron a trabajar con el mapa de puntos negros, “que nos hablaba de las barreras físicas y los espacios en los que las mujeres se sentían inseguras principalmente por la noche, y aparecieron muchos. Una iniciativa que ha sido premiada recientemente en los ‘Premios de Arquitectura y Urbanismo de Extremadura 2021’ que convoca  la Junta de Extremadura”.

Y aunque sean actuaciones que funcionan despacio y se proyectan mucho en el tiempo, “nos han dado buenos resultados ya que nos permite orientar con una perspectiva de igualdad y feminista las actuaciones que se llevan a cabo desde el Ayuntamiento en el espacio público”, ha resaltado el regidor municipal.

Cuando tenemos que elegir dónde mejoramos la iluminación recurrimos a ese mapa de puntos negros, “que nos dice donde se percibe la inseguridad y valoramos diferentes aspectos como los caminos para volver a casa de las adolescentes, los espacios como parque u otros donde no se sienten seguras, buscando que el espacio público sea para todos y todas”.

“También hay que combatir el acoso sexual en el entorno laboral, y con una obsesión especial desde el Ayuntamiento por hacerlo en el espacio público, en los eventos de ocio y culturales, y en el ocio nocturno”, ha incidido, “donde las tendencias en los últimos tiempos hacia que muchas de las agresiones sexuales vengan acompañadas de sumisión química nos aporta un factor nuevo de inseguridad que no sólo tiene que ver con el riesgo directo de sufrir una agresión sexual sino también con la propia limitación que supone el miedo a sufrirla. Es una realidad presente en el ocio nocturno y en las conversaciones en los institutos y universidades mucho más de lo que estaba hace años”.

Salaya ha agradecido el trabajo de quienes se están implicando en ello “tenemos que combatir con una enorme red de seguridad que nos sirva no sólo para impedir el acoso sexual de forma directa sino también para tejer una red de rechazo a conductas de acoso que tradicionalmente no se han percibido como tal, y tejer una red de respuesta cuando se hayan producido”.

“En definitiva, para conseguir el primer objetivo de todo esto que es acabar con la tolerancia social hacia el acoso sexual, y tejer una enorme red de apoyo que haga que todas las personas y las mujeres tengan claro dónde pueden recurrir. Que pueden llamar a cualquier puerta de lo público, y también a la puerta de un bar, o a cualquiera que trabaje en un entorno de los espacios de ocio nocturno, que son un aliado para protegerse y terminar con estas actuaciones”, ha aseverado.