Cáceres ha vivido hoy una de sus fiestas más tradicionales, las Lavanderas y la Quema del Febrero, una tradición municipal de origen vecinal que reconstruye la historia oral de nuestra ciudad y que rinde homenaje a la figura de estas mujeres.

El alcalde, Luis Salaya, ha querido reconocer a estas mujeres, “que realizaban un  trabajo duro en una tierra dura y que representa además el esfuerzo de las mujeres por sacar adelante a sus familias y trabajar durante todas las épocas del año”.

Un oficio lleno de nobleza, “no hay un ápice más de nobleza en los Palacios de la Ciudad Monumental que en las casa de estas mujeres, en las fuentes de los palacios que donde lavaban estas mujeres. Gracias a su esfuerzo de los muchos hombres y mujeres que han trabajado en esta tierra estamos hoy aquí”.

Salaya ha tenido un recuerdo para los agricultores “que pelean estos días por tener unos precios dignos, y a los que desde el Ayuntamiento enviamos un mensaje de ánimo y apoyo”.

Ha dado las gracias al Aula de la Tercera Edad de la Universidad Popular “por traer hasta aquí esta tradición y por pelearla y trabajarla cada año” y a Fernando Jiménez Berrocal, “por mantener viva la memoria de estas mujeres durante años en que estuvo a punto de olvidarse”.

Y también a Novaforma, a los Hermanos de la Cruz Blanca, a Aspace, al colegio Dulce Chacón, al Castra Caecilia, al Prácticas, al Delicias, Nuestra Señora de la Montaña, al Diocesano, al Donoso Cortés, a las Carmelitas, a las Escuelas Infantiles de Santa Lucía, Fofó y la del Paseo Alto.

“A todos los que habéis hecho posible que esta tradición llegue hasta aquí”, ha destacado, “pero quiero también lanzar un mensaje de ánimo y pedir a todos los niños, niñas y jóvenes que lleven esta tradición adelante”.

“Igual que hoy las recibís, algún día os tocará enseñársela a vuestros hijos y nietos y ojalá algún día los niños y niñas que estáis aquí, podáis venir todos aquí con vuestros nietos”, ha concluido.